viernes, 13 de marzo de 2015

HOY FUI DE NUEVO A LA T1

Hoy fui de nuevo la T1 (Hospital Lic. Ignacio García Téllez). Voy con cierta frecuencia debido a que éste queda dentro del territorio de la parroquia donde sirvo y varias personas se acercan para pedir la atención espiritual a sus familiares internos.
Un señor anciano, seguramente familiar de algún enfermo, se me acercó para pedirme si le ayudaba a localizar un baño. Le preguntamos al guardia, quien me dijo que no sabía si había un baño cercano. Me acerqué a uno de los mostradores y la señorita, con mucha amabilidad me indicó que le pidiera a los de recepción que nos facilitaran sus instalaciones.
Como estos estaban muy ocupados, decidí preguntar a una de las trabajadoras sociales quien nos dio las indicaciones para llegar a los "baños públicos" más cercanos dentro del hospital...
No diré más. Simplemente fui sorprendido. Al hospital acude un río de gente, entre los enfermos y sus familiares. ¿Será posible que no tengan las instalaciones suficientes, limpias, dignas y bien ubicadas y señalizadas?
Pero esto es solo "la punta del iceberg". Es de todos sabido que la T1 ha sido desbordada en su capacidad: no hay camas, medicinas, personal, quirófanos, ambulancias, etc. suficientes para hacer frente a la cantidad de enfermos de Yucatán y el sureste que son enviados ahí. Debo decir que en cuanto al personal en general siempre he observado un excelente trato y que son profesionales intentando realizar su labor con los escasos recursos de que disponen.
Por otro lado, uno se entera de los auténticos viacrucis humanos de los que son testigos las paredes de la T1: enfermos durmiendo sentados porque no ha camas, tratamientos que deben ser interrumpidos porque no hay las medicinas, operaciones interminablemente pospuestas porque el quirófano tuvo que ser usado por otro paciente más grave, una multitud de personas que pernoctan ahí, al aire libre durmiendo sobre cartones en espera de poder escuchar el parte médico o ver a su familiar a la "hora de visitas", largas horas y "colas" para pedir cita,  recibir cita,  ser atendidos en farmacia, etc.
Dentro de esta enorme catedral del dolor, sé que Cristo está presente, ayudando, consolando, sacando lo mejor de las personas, dando esperanza, obrando milagros ordinarios y extraordinarios... Sé que el dolor ofrecido tiene un enorme potencial salvífico y que unido a la Pasión de Cristo es parte de la gran mesa eucarística del inmenso altar de la humanidad: «Me alegro por los padecimientos que soporto por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia» (Col 1. 24). Sé que la presencia de sacerdotes, religiosas, laicos con fe profunda (incluidos muchos médicos, enfermeros y trabajadores sociales) hacen de este espacio, un lugar más humano y creyente. Incluso me cuestiono si no sería necesario un sacerdote de tiempo completo en estos enormes hospitales para confesar, ungir, celebrar misas, aconsejar, infundir ánimos, defender derechos, etc., un sacerdote que no tuviera que ir allí "además" de todo lo que debe hacer en la parroquia. Experimento la falta de solidaridad incluso entre los mismos sacerdotes que se niegan a atender a sus propios feligreses porque están muy complicados (se olvidan que los párrocos de las parroquias cercanas igual lo estamos). Admito la violencia interna que ocurre en mí cuando te piden ir y rompen tus planes y tu organización. No dejo de insistir en que no se debe esperar a que la persona esté agonizando, sino que el enfermo debe recibir una atención espiritual oportuna.
Sin embargo, en mi permanece la pregunta: ¿no tenemos derecho a recibir una atención médica de excelencia? ¿Por qué hemos de soportar estas vejaciones a la dignidad del anciano, que con pena miraba el "baño" que al fin habíamos encontrado, y de tantos enfermos y familiares? ¿Dónde van a parar las cada vez más altas cuotas obrero-patronales? Las personas en muchas ocasiones ya no se quejan, solo bajan su mirada resignadas. Me niego a aceptar que la resignación sea la única salida.

1 comentario:

yerry concepcion uc cabrera dijo...

LA VERDAD LOS BAÑOS MUY SUCIOS Y MUCHAS VECES FUERA DE SERVICIO